decidme amor que un día amaneceré en tus brazos y no en una silla dura, frente al ordenador. Ah pobre ingenua, ah pobre boba.
La ventana se ilumina de un amarillo gris pálido, como foto antigua. Y ya son las seis cincuenta, debo ir a pensar otro rato en lo mismo, a expulsar los primeros maullidos. A bañarme en el maldito frío.
Hoy me di cuenta que ya la hice en unos seis meses.
Ayer me di cuenta a quien tengo que agregar para el plan.
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